Vestigios – Animalario

1981 – 1985

Corté de viejas pinturas, fragmentos, a los que les veía alguna posibilidad de supervivencia.  Romper con la unidad de la imagen y reconstruir los vestigios en un nuevo orden, fueron en su momento el reto.

La fragmentación me condujo al formato irregular; a la convivencia de diferentes planos en uno, todo lo cual, se fue consolidando como una opción formal y conceptual para la construcción de la imagen y de las  ideas.

Cortázar fue un compañero de viaje importante que me enseñó a mirar el mundo de otra manera. Me mostró  la idea de una flexibilidad de la razón. “Diría Cortázar : “en mi caso, la sospecha de otro orden más secreto y menos comunicable”.