Conversatorio MAMM entre Emiliano Valdéz y Martha Ramírez
1. Empecemos por el principio: ¿de dónde surgen tus imágenes?
Con las imágenes suele suceder lo que, con muchas otras cosas en la vida, cuando se tiene una pregunta abierta por algo, ese algo aparece de manera natural, son encuentros que suceden desde la emoción, desde el presentimiento de que allí hay algo más de lo que se ve a simple vista.
Son en todo caso imágenes surgidas del acontecer diario, imágenes que en su momento me hicieron sentido. Situaciones que cuando las veo, las registró en video o en fotografía y voy guardando en una suerte de banco de imágenes, que archivo en álbumes o en el computador, para someterlas luego a otras miradas y análisis donde la razón entra a participar más directamente.
Hay también otro tipo de imágenes, unas que tienen una relación directa con el acontecer local o global, estas si las busco deliberadamente en los archivos que circulan libremente en los medios , y esa es la puerta de entrada para una investigación que luego complemento con lecturas o investigaciones de campo.
2. ¿Cuáles son las ideas detrás de las tres series que se presentan en Contracorriente y cómo se relacionan estas series?
En el 2011 asistí, en el Moma de nueva york, a una exposición del artista belga, Francys Alys, titulada : A Story of Deception, Una historia del engaño, una de sus piezas era un video grabado en un barrio popular mexicano, concretamente en una calle muy empinada y que sube directo hacia la cima a donde llega un Volkswagen muy impulsado tratando de subir la pendiente, pero a medida que avanza, la fuerza del impulso sumada quizás a la del incipiente motor y tal vez a la pericia del conductor, hacen que el carro se devuelva hacia atrás y esta acción de coger impulso y tratar de subir se repite y se repite en loop eternamente hasta el final del video. Esta obra en particular me conectó con el mito de Sísifo, este rey griego a quien Zeus impuso el castigo de empujar una roca cuesta arriba de un montaña, roca que se devuelve antes de llegar a la cima, y rueda cuesta abajo, obligando a Sísifo a repetir el frustrante esfuerzo de empujarla.
Tal como lo dije al comienzo, refiriéndome a las imágenes que lo encuentran a uno, el mito empieza a encontrar su correlato en la existencia humana. La piedra que Sísifo empuja cuesta arriba, la relaciono con las prácticas interminables de esfuerzo y adaptación que todos, de una u otra manera, experimentamos: esfuerzos por preservar, por autoafirmarse, por mantenerse, por comprender, toda una forma de persistencia y tesón que requiere de energía individual y colectiva y que termina dando sentido a las historias de vida que experimento, que encuentro o que me encuentran.
Hay aquí una metáfora de doble vía que de una parte nos vincula con el esfuerzo del hombre por conseguir lo que quiere, y de otro, engendra la esperanza, tal vez la utopía de llegar por fin, de coronar la cima.
El cuerpo es también la roca que empujamos. Una roca con muchas aristas y dimensiones, por que tener un cuerpo es estar disputado por fuerzas biológicas, psíquicas, sociales, económicas, fuerzas que nos activan, nos proyectan y nos movilizan.
En contracorriente al igual que en Sísifo, hay también un cuerpo conectado con las cosas. Seres que van por el mundo cargando enseres físicos reales en el tiempo, espaciales y mensurables, o soportando cargas psíquicas y simbólicas.
En la serie contracorriente, los seres viven el territorio como una experiencia inestable, de cierta forma incierta: caminan entre fronteras porosas, fluyen por geografías desubicadas. Son seres atravesados por el territorio.
La serie contracorriente está pues muy vinculada con la existencia humana y la naturaleza del esfuerzo como narrativa de la esperanza.
TRANSICIÓN es un políptico compuesto de doce piezas donde me relaciono con el paisaje, un paisaje abstracto, más evocador de sensaciones, que de descriptivo sobre lugares determinados.
El concepto transición implica un cambio en un modo de ser o estar. Por lo general se entiende como un proceso con una cierta extensión en el tiempo. Es en este sentido que propongo un paisaje extendido en el espacio, paisaje dividido en su continuidad espacio temporal y compuesto por 12 diversos formatos y narrativas. Desde el punto de vista de la composición, no hay un punto de vista único que lo unifique, por el contrario conviven en él miradas diversas: puntos vistas aéreas y casi satelitales, miradas cercanas que tocan el nivel de la tierra, miradas lejanas. Cada pieza evoca momentos o estados por los que transcurre un viaje geográfico de fronteras porosas por donde fluye la humanidad.
También aparece la evocación a un mapa, una como cartografía mental de estos espacios suspendidos y porosos, donde la morfología y el movimiento continuo de las porciones de tierra que conforman los países, son como la vida misma, inestable y cambiante.
DERIVA es un título que retomo de la navegación marítima y que tiene que ver con esa fuerza de atracción que posee la tierra, producto del magnetismo de los polos y de las corrientes marinas, que hace que las embarcaciones vayan siendo atraídas por fuerzas que las hacen desviar del rumbo fijado y por esta razón cuando se navega hay que estar corrigiendo el rumbo para llegar a donde se desea.
Esta serie surge en pleno pico de pandemia y sumada a las múltiples marchas y voces que el descontento social en Colombia visibilizó. La pregunta por las muchas y diversas “Colombias” que somos, y el dilema de un presente donde nada parece moverse en la dirección que estamos acostumbrados, ni nada está donde se cree que debe estar, impulsan la creación de una serie de mapas de Colombia , a medio camino entre la realidad cartográfica y el territorio sentido e imaginado. Son mapas con
los puntos cardinales alterados, con giros respecto a las coordenadas convencionales , una estrategia de desorientación que me permite hablar una sociedad fragmentada , desprendida de un proyecto unificador y en una suerte de viaje a la deriva donde los dislocamientos de fronteras, los conflictos, la relación de espacio-tiempo, están presentes.
3. Tu trabajo siempre ha tenido al ser humano y su experiencia como eje central, háblanos por favor de esta postura humanista.
El término humanismo es muy amplio y polisémico, en lo fundamental ubica al ser humano en el centro de todo, en cierta forma coincido con esa corriente intelectual, pero a diferencia del humanismo clásico, agregaría que hoy el hombre es interdependiente de los demás seres y elementos. Es un hombre afectado por el contexto social y económico, cultural en que vive y se desarrolla. En ese sentido tengo un compromiso, desde el arte, con mi época y lo que en ella sucede. Soy empática y sensible a las cualidades propias de la naturaleza humana y en esa medida busco el sentido de lo humano.
A su vez creo que el haber sido docente de artes por más de 30 años , también alimentó en mí esa postura humanista pues me conectó con la multidimensionalidad del ser humano. Mi trabajo como docente no era únicamente enseñar el arte, era activar la multiplicidad de perspectivas del pensamiento, contando primero que todo con el ser con el que me estaba comunicando y con el sentido de lo que hacía.
4. Tú sostienes que hay elementos tanto de la fotografía como de la pintura que son inaprensibles, hablemos de cómo sorteas esas dificultades en tu trabajo. Quizás más precisamente: ¿Cómo es que tu trabajo nos ayuda a sortear esas dificultades?
La imagen fotográfica, tanto como la pictórica, plantean cada una, maneras diferentes de relacionarse con el ser y el hacer, con el tiempo, con el espacio, con lo real. Ambas imágenes tienen tantas dimensiones que necesariamente habrá algo inaprensible.
Por ejemplo y desde el punto de vista de la captación de lo real, en la pintura es imposible la verosimilitud: una pintura puede tener una apariencia de realidad muy alta, lo que no significa que lo pintado, sea o haya sido verdad o haya tan siquiera existido. La pintura se construye mediante huellas manuales que existen independientemente del referente, este puede provenir de la captación directa de lo que vemos, de la memoria, de la historia del arte, de la fotografía etc., etc. o de todos los anteriores, en cambio la fotografía tienen pretensión de verdad, así sea que la foto está borrosa y aparentemente indescifrable, la foto es testimonio: es una imagen producto de una conexión directa con la realidad y por tanto atestigua la existencia de lo que muestra. La pintura en cambio lo que tiene de testimonial, no es exactamente el relato que narra, sino el la textuarlidad que se construye mediante la suma de capas y de gestos , que termina siendo la huella del pintor mientras pinta, el pintor fluye a través de la texturalidad de la pintura.
La relación con el tiempo en la pintura está directamente ligada con la texturalidad de la superficie. La vision en profundidad y en superficie de las diversas capas con que se construye la imagen permite ver el tiempo de su construcción, la fotografía es otra cosa, en ella el tiempo es la captación de un momento que fluye.
Espacialmente hablando, la fotografía nos ha regalado formas de ver el movimiento que la pintura antes de inventarse la fotografía no conocía. También los lentes han ampliado los puntos de vista . Se puede decir que ambas, pintura y fotografía, a lo largo de la historia se han nutrido mutuamente .
5. Las capas de tu pintura parecen ser muy líquidas. De hecho se perciben sobre el lienzo los trazos, las manchas de la pintura aguada. Háblanos de la relación entre la fluidez de las imágenes y la aparente fluidez del medio de la pintura.
La pintura es antes que nada una sustancia y como tal tiene un comportamiento que va de lo líquido a lo pastoso. Estas propiedades de la pintura son parte del lenguaje con que la pintura se comunica, hacen parte de su gramática.
La liquidez, como tal, refiere a un estado cambiante, fluido, de contornos indefinidos. Carente de forma. Inaprensible como el agua. Imposible de controlar , y en ese sentido azaroso, es decir donde el azar está presente, todo lo contrario a lo sólido: de estructuras definidas y fijas , estables, concretas.
Vivir en esta época es de alguna manera vivir en la incertidumbre, todo lo que tenemos es cambiante por la vertiginosa rapidez con que se suceden los cambios. Es así como estas texturas liquidas, está sumas de capas y gestos líquidos que terminan por conformar la imagen de algunas de mis pinturas, son texturas psicológicas, que incluyen el azar, el accidente como posibilidad y como sentido.
6. A pesar de que el paisaje no es del todo identificable en estas pinturas, sí hay un interés de tu parte por situar los cuerpos de Contracorriente en un entorno determinado. ¿Qué función cumple el paisaje y cómo lo relacionas con Colombia o con otras geográficas específicas?
El entorno en que situó los cuerpos es vago porque no quiero un compromiso con un paisaje determinado, sino más bien conectar con una sensación : sensaciones líquidas, como el mundo cambiante y fortuito que habitamos. Pastosos y densos como ciertos territorios difíciles de transitar. Colores que se chorrean y cubren el paisaje. En fin son una serie de texturas con las cuales construyo algo indefinido que se puede llamar paisaje, o más bien, un territorio, pues quiere hablar de la experiencia que hoy significa habitar el mundo.
7. ¿Qué le sigue a Deriva?
Creo que deriva hace honor a su significado… un movimiento de atracción magnética que hace que los barcos deban estar constantemente corrigiendo el rumbo. Espero justamente que ver toda esta obra reunida en el museo me permita tomar distancia de la propuesta para ir corrigiendo el rumbo y buscando nuevos horizontes.
2021 / 09 / 01