Rituales de Sumisión

2000 – 2001

Diariamente asistimos a través de los medios al desfile de una humanidad que oculta su rostro.  Actitudes que nacidas por miedo, vergüenza, cobardía o castigo se asumen, imponiéndole al cuerpo un discurso que restringe la identidad: ser identificado, ‘dar la cara’, en sentido real y figurado, se ha convertido en un hecho peligroso, que atenta contra el anonimato que hemos construido para sobrellevar tal vez, una situación como la actual, en un país tan particular como el nuestro.

La identidad se ve transformada en una figura de espaldas, en un rostro borroso, en una voz sin cuerpo.